BRILLO

BARBIE: LA RELIGIÓN DE PLÁSTICO.

A un año de ser suspendida por la polémica que suscitó, la muestra Barbie: ThePlasticReligion (Santos y Pecadores) verá la luz por primera vez en POPA Galería de Arte (La Boca). Tras las protestas, advertencias de demandas y supuestas amenazas recibidas de parte de sectores cristianos por el contenido de la obra, que muestra a las famosas muñecas vestidas de figuras religiosas, los artistas plásticos decidieron exhibir su trabajo este año.


Marianella Perelli y Pool Paolini, los creadores de la muestra de arte pop, quisieron caracterizar a las muñecas como íconos religiosos y místicos locales, desde la Virgen María y la Virgen de Luján, hasta la Difunta Correa, la mujer que en 1841 murió de sed en una zona desértica de la provincia argentina de San Juan pero su pequeño hijo sobrevivió tomando su leche materna.


Ahora, agregaron 10 piezas de una nueva serie de Barbie:ThePlasticReligion, titulada Sudamérica Lightning Chapel, que representan a las vírgenes patronas de los países sudamericanos. Allí se encuentran Nuestra señora de los 33 (Patrona de Uruguay), Nuestra señora de Chiquinquirá (Patrona de Colombia), Nuestra señora de Aparecida (Patrona de Brasil), entre otras figuras religiosas del continente. También incorporaron la serie My Own Jesus, compuesta de 14 pinturas en óleo y acrílico que plantea "maneras distintas de ver a Jesús", según explican los artistas. No es la primera vez que Perelli y Paolini hacen arte controvertido. Hace un par de años presentaron en el Hipódromo de Palermo inflables con las figuras de Ricardo Fort y Carlos Menem, entre otros íconos, como punching balls.


Para ellos es natural que si existe una Barbie doctora, una domadora y hasta una astronauta haya una Virgen María. Pero lo cierto es que Marianela Perelli y Emiliano Paolini desataron una verdadera controversia al crear su muestra "Barbie the plastic religion" que representa a los míticos muñecos pop devenidos santos. Ver a un Ken como Jesús crucificado o a una Barbie que esconde sus curvas bajo el manto de la Virgen de Guadalupe es, al menos, discutible para quienes profesan la religión católica. Sin embargo, y pese a la suspensión que la muestra había sufrido el año pasado por ser considerada un "sacrilegio", en esta oportunidad los muñecos pudieron salir del taller y llegar a la galería de arte POPA, en el barrio porteño de La Boca.


"Si existe una Barbie niñera, una domadora y hasta una astronauta, ¿por qué no puede haber una Barbie Virgen María, que es uno de los íconos populares más fuertes de la historia de la humanidad?", se preguntó la artista plástica consultada por la agencia AFP en su taller de Rosario.


Hace más de un año los autores habían anunciado su exposición inminente, pero una lluvia de amenazas por cartas y correos electrónicos firmada por fanáticos religiosos indignados los llevaron a cancelar aquel montaje. Sin embargo, esta vez las Barbies convertidas en la diosa hinduista Kali, Yemanjá u orishá del yoruba, así como Ken transformado en San Cayetano o el argentino Gauchito Gil, podrán ser vistos en el mismo lugar donde se había planeado originalmente. "Sabíamos que podría haber alguna polémica con Mattel (la firma juguetera que crea las muñecas), que les molestaría el uso de la Barbie" -reconoció Perelli a BBC Mundo-. Pero nunca nos imaginamos que tendríamos que pedir permiso para usar la imagen de la Difunta Correa. Me llamaron del gobierno de San Juan para decirme que tenía que haber pedido permiso para usar la imagen, que está patentada, no lo podía creer".


Firmes frente a las críticas, los artistas no cambiaron nada de sus figuras del año anterior. "De hecho mantenemos el Ken crucificado y la Difunta Correa que fueron por los que más protestaron, pero estamos avisando la muestra más cerca de la fecha", explicó Perelli. "Insistimos en presentar nuestra muestra porque es arte, son 33 piezas únicas, trabajadas minuciosamente como se trabajan todas las obras", había declarado la artista en Rosario, adonde llegaron decenas de curiosos y periodistas antes de que la muestra viaje a Buenos Aires.


La muestra, ideada por Perelli y su pareja, Emiliano Paolini, se originó tras un viaje a México que coincidió con el Día de los Muertos. En esa ocasión los cautivó la fusión de lo sagrado y lo pagano tan presente en ese país. "Es una reinterpretación moderna de entidades santorales tradicionales", describió Paolini. Quienes las vieron de cerca aseguran que, más allá de su aspecto de Barbies, las estatuillas realmente lucen como cualquier representación de virgen gracias a un cuidado trabajo con yeso: el respeto "se nota en la estética que les dimos, que es totalmente ortodoxa". Asimismo, los atuendos y colores de los muñecos fueron realizados a imagen y semejanza de las imágenes sagradas.

"La Barbie representa un estándar de belleza contemporáneo. Las vírgenes fueron más gordas o más flacas según las épocas. En esta época, ese estándar de belleza femenina bien puede ser el de Barbie", aseveró el artista plástico.


La representación de la Difunta Correa, santa popular del noroeste argentino, es sin dudas de las más polémicas de la exposición. Tanto, que desde su santuario en Paraje Vallecito, en la provincia de San Juan, Daniel Rojas, el administrador del lugar de fieles, explicó a la prensa que enviaron una intimación a los artistas "pidiendo que dejen de lado la presentación". Pero a Perelli y Paolini los descolocó el accionar. "Es como si la Coca Cola protestara o demandara a Andy Warhol, salvando las distancias, claro, pero no entendemos esta postura frente a nuestra propuesta", dijo con desconcierto la artista.